Si les gustan los villancicos, las comilonas indigestas, las grandes aglomeraciones y el estrés de tener listos a tiempo los regalos para sus seres queridos, están de enhorabuena… ¡la Navidad está aquí! Si no es su caso, como le sucede a este humilde Doctor, es el momento de recoger sus bártulos y marcharse unas semanas a algún paraje lejos del tumultuoso ruido, como un templo budista aislado en las montañas, o un carísimo e insultantemente exclusivo hotel-spa.
Aún no tengo decidido dónde huiré, pero lo que sí tengo claro es que será un sitio donde no podré estar por la labor de visionar películas y atenderles a ustedes, mis fieles seguidores. De modo que cerraremos el gabinete por unas semanas y volveremos a encontrarnos en enero con energías renovadas. Tengan una buena entrada de año y no se olviden de volver aquí, el Doctor les estará esperando con nuevas recomendaciones cinéfilas.
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No nos engañe Doctor, que le vi el otro día disfrazado de Papa Noel tardodecimonónico repartiendo caramelos a saber si envenenados en la sección de pistolas de juguete de El Corte Inglés.
Por supuesto que ya me supuse que no lo hace por ganarse un dinerillo extra con el que adquirir uranio enriquecido, sino que es ver la ilusión de los niños histéricos, el sudor frío de sus padres al ver los precios y escuchar villancicos en bucle por megafonía lo que le mueve a esa vidilla secreta a la que todos tenemos derecho.
O a lo mejor le confundí con el Doctor Caligari, ya me dirá usted. Pásenlo ambos muy bien en estas fiestas. De regalito le dejo un vídeo inspirador, como se dice ahora, aunque a mí me parece más bien expirador.
Un abrazo fuerte.
Amigo Manuel, a usted no puedo ocultarle nada, sigue demasiado de cerca mis maléficas actividades. Pero pocas cosas hay más inquietantes que un disfraz de Papa Noel vintage, y mi lado más perverso no puede resistirse a ello.
Muchas gracias por el vídeo del Archibald Leach, eso compensa con creces lo que dijo de él la semana pasada. Cancelaré mis planes de enviarle un misil teledirigido como regalo de Reyes y quizá lo cambie por una botella de sake en homenaje a Ozu.
Un abrazo y espero que sigamos leyéndonos el año que viene.