Parecía que nunca iba a suceder, pero por fin va a acabarse este 2020 que me atrevo a suponer que para la mayoría de nuestros fieles lectores no ha sido especialmente alegre. Hay que reconocer que hasta a un genio del mal como este Doctor, más que acostumbrado a enrevesados complots destinados a provocar el caos, le han pillado por sorpresa los inesperados acontecimiento de este año. De modo que ahora que se acerca la Navidad es un buen momento para tomarse un descanso cerrando su gabinete, y así dedicar las siguientes semanas a tomar nota de lo sucedido para crear armas biológicas aún más mortíferas. Después de todo no hay nada más saludable que aspirar a superarse a sí mismo.
Ustedes mientras tanto en ausencia del Doctor pueden disfrutar de los placeres de la Navidad con la ventaja que supone la obligada distancia social y el aforo reducido que se nos pide en estos tiempos. Es decir, ahorrarse incómodas reuniones familiares y visitas a centros comerciales masificados, y reducir estas entrañables fiestas a apalancarse en el sofá a ver películas mientras uno aumenta peligrosamente de peso con tanto manjar navideño. Después de todo tampoco es mal plan, ¿no creen?
En todo caso el Doctor les espera a su retorno en Enero de un nuevo año que espera que sea más normal que éste. No falten a la cita.
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