Éxtasis [Ekstase] (1933) de Gustav Machatý


Éxtasis (Ekstase, 1933) de Gustav Machatý es una película realmente engañosa. El gran motivo por el que se la recuerda es la polémica que la rodeó respecto al erotismo de dos escenas: en una la actriz protagonista, Hedy Lamarr (por entonces aún usando el nombre de Hedy Kiesler), aparece desnuda corriendo por el campo, y la otra consiste en una escena de sexo que incluye la que se cree que es la primera representación en el cine de un orgasmo femenino. Como este es el prácticamente el único aspecto del filme que se suele comentar, antes que nada matemos este tema. Efectivamente, Lamarr aparece tal cual Dios la trajo al mundo, pero no es para nada el primer desnudo completo de la historia del cine, como se dice en algunos sitios… ¡desde los inicios del cine se han filmado desnudos! Por otro lado la famosa escena de sexo no muestra nada explícito, de hecho está formada casi íntegramente por primeros planos, pero destila un erotismo muy elegante y no deja ninguna duda sobre que la protagonista está teniendo un orgasmo. En ese sentido recomiendo encarecidamente otra obra del mismo director bastante superior a ésta, Erotikon (1929), que incluye también una tórrida escena que es todo un precedente de la que nos ocupa ahora.

Como era de suponerse, el filme fue en su momento un escándalo que llegó hasta el punto de que el Papa Pío XI denunció públicamente la película por inmoral. Su estreno chocó con la censura en muchos países y en otros directamente con la prohibición de la cinta, pero al mismo tiempo dio a conocer internacionalmente a Lamarr, que en unos años haría carrera en Hollywood. Todo esto ha provocado que el público que se acerque a Éxtasis lo haga esperando un drama erótico, o quizá una cinta para lucimiento de la belleza de su atractiva protagonista. Pero en realidad no es así, de hecho Éxtasis es algo bastante extraño. Es una película que en realidad consiste en tres películas diferentes. Y es un filme sonoro que en realidad es un filme mudo.

La trama se inicia con la llegada de una pareja feliz de recién casados a su apartamento: Emil y Eva. Él es mucho mayor que ella, lo cual de entrada no supondría un problema sino fuera porque, una vez dentro, no parece muy interesado en su esposa. Por chocante que parezca, existe el tipo de hombre que en su noche de bodas con una mujer de la belleza de Hedy Lamarr prefiere ponerse tranquilamente el pijama y cepillarse los dientes, para luego quedarse dormido en el cuarto de baño. Eva se da cuenta pues de que su matrimonio ha sido un error, pero por suerte nuestra civilización ha desarrollado el divorcio y rompe con él para volver a casa de su padre. Un día Eva decide dar un paseo a caballo y bañarse desnuda en un río, pero cuando el caballo sale corriendo con su ropa en la grupa ésta se ve obligada a perseguirlo sin nada puesto. De esta forma tan poco heterodoxa conoce a Adam, un ingeniero de caminos trabajando en la zona que se enamora de ella. Desafortunadamente en breve volverá a aparecer su primer marido a pedirle que vuelva con ella.

Un primer aspecto que puede llamar la atención de Éxtasis es el hecho de ser una película casi muda pese a estar filmada en una época en que el sonoro ya se había afianzado en Europa. Yo esto lo atribuyo a que Machatý seguía teniendo una concepción visual muy cercana a la era muda, como veremos a continuación, pero también a que se filmó como una película multiversión en alemán y checo (e inicialmente también en francés, pero acabó descartándose). Al ser un filme de presupuesto limitado, no había mucho margen para doblar escenas o rehacerlas con otros actores, de modo que lo más cómodo era usar el mínimo de diálogos posible para que el esfuerzo de adaptación no fuera tan complicado. En todo caso, esto tuvo una curiosa consecuencia, y es el ser una película con menos diálogos no ya que un filme sonoro estándar… sino incluso que un filme mudo estándar, donde normalmente verán más diálogos en forma de rótulos que los que ofrece Éxtasis de forma hablada. Eso tiene como consecuencia que apenas se profundiza en la psicología de los personajes. No conocemos a fondo su carácter o su forma de comunicarse entre ellos y eso los convierte en personajes más bien primarios o prototípicos (no en vano la pareja protagonista se llama Adam y Eva), que se mueven por instintos fáciles de intuir visualmente, que no necesitan verbalizarse o explicarse con una motivación psicológica compleja. Esto, que podría ser un inconveniente, veremos que en realidad encaja con la concepción de la película.

Pero claro, cuando hablo de «concepción de la película», ¿a cuál de las tres me refiero? Porque Éxtasis es, como dije, tres películas en una. El inicio, con la llegada de la pareja de recién casados al apartamento, parece una comedia. El tono de la música y la torpeza de los personajes nos parece entrañable. No es hasta el final cuando entendemos que a Eva no le hace ninguna gracia el estar con un marido sexualmente inactivo. Y de hecho, más allá de la anécdota de la famosa escena del orgasmo, un aspecto muy interesante del filme es que trate abiertamente sobre la insatisfacción sexual femenina, que no es la primera vez que se trata en el cine (vean sino Three Weeks (1924) de Alan Crosland por ejemplo) pero no era una temática tan frecuente, y menos tratada de forma tan directa. La segunda película es la que ocupa el grueso del metraje y constituye un drama en que la protagonista encuentra por fin a un hombre con el que tiene la compenetración necesaria, pero la molesta presencia de su exmarido estropeará su relación. Y la tercera es el epílogo que me reservo para el final de la reseña porque es casi literalmente un cortometraje aparte.

En lo que es su grueso de metraje, Éxtasis es una obra que destaca de forma abrumadora por su trabajo visual. Parece como si Machatý no se hubiera enterado de la llegada del sonoro o le diera igual. Eso provoca que, si bien la película sea una delicia visualmente, también resulte demasiado lenta y un tanto alargada de más. Parece como si el filme estuviera demasiado ensimismado en captar todos los detalles visuales de cada escena como para preocuparse de algo tan superfluo como el ritmo de la película o el avance de la trama. En ocasiones se detiene en los objetos de la habitación en que Eva se encuentra encerrada, en otros momentos muestra a insectos chocando con la ventana o atrapados contra una lámpara caza-insectos. En la naturaleza Machatý desborda lirismo e incluso ofrece algunas instantáneas muy conseguidas (véase el momento en que Adam le ofrece a Eva una flor con una abeja y ésta sale volando). Pero en ocasiones simplemente se recrea en los detalles de literalmente todo, como esos planos tan cerrados de las diferentes partes del cuerpo de un caballo. Ese lirismo también está más que presente en la escena de sexo, que contiene algunos pequeños detalles que me encantan, como cuando la pareja se besa y se ve en una sobreimpresión a Eva atravesando a Adam, como enfatizando la idea de posesión o incluso de meterse dentro de él.

En consecuencia, el uso del sonido es tan primario que a veces los efectos de sonido juegan malas pasadas que no sé si son deliberadas. Cuando Adam viaja en coche por el campo con el exmarido de Eva, éste, desesperado y celoso, conduce a toda velocidad como planteándose estrellarse a propósito para matarse y llevarse consigo al amante de su exmujer. En cierto momento oímos un tren en marcha, pero como no se nos da ninguna referencia visual y el sonido no está trabajado para darnos la sensación de que se está acercando, por momentos me pregunto si es una metáfora de la velocidad descontrolada a la que van o es que están a punto de encontrarse con uno. Al final acaba siendo lo segundo, que viene enunciado con unos planos de vías de tren, pero cuando el conductor frena de golpe y se queda pensativo y medio en shock sus resoplidos están alternados con los primeros planos de la maquinaria del tren que también acaba de detenerse, lo cual da más puntos a la idea de que Machatý usó el sonido también con fines metafóricos, ¿quién sabe?

Me dejó para el final mi instante favorito de la película, pero también el más extraño. En los últimos diez minutos, Machatý se olvida casi por completo de los protagonistas y nos ofrece lo que parece un cortometraje añadido casi como un pegote al final de la película. En esos minutos muestra a hombres trabajando en el campo con un estilo visual y de montaje que casi parece un filme perdido de las vanguardias soviéticas (especialmente de Dovzhenko). Los hombres se funden con el paisaje y Machatý se permite además algunos planos muy llamativos como el de un pico cavando en el suelo grabado desde el punto de vista del propio pico, que es algo que no recuerdo haber visto nunca. Admitiendo que este último tramo no pega en la película, más allá de la idea de relacionar los hombres con la naturaleza y el deseo/la maternidad de Eva con el ciclo de la vida, debo confesar que siento una enorme debilidad por este tipo de escenas, y que está tan bien filmada que me gana por completo.

En global es de justicia reconocer que Éxtasis adolece de cierta irregularidad, y que sus cambios de tono no están muy bien armonizados e incluso a veces parecen algo arbitrarios, como si Machatý apenas diera importancia a la historia y la concibiera como una excusa para explotar recursos visuales y cierta vaga idea del vínculo del hombre con la naturaleza en que supongo que el hecho de que la joven pareja protagonista se llamen Adam y Eva tiene algo que ver. Pero aunque no siempre estén claras sus intenciones, creo que es un filme realmente estimulante y muy interesante de ver más allá de su polémica.

4 comentarios

  1. Lo que son las cosas, solo la he visto una vez y lo que más se me quedó grabado fue a Hedy desnuda corriendo por un bosque y, si no recuerdo mal, la secuencia del orgasmo con un collar de perlas que termina rompiéndose (¿o me equivoco?). Leyéndote es cuando he recordado el argumento.
    ¡Qué curiosa toda la reivindicación que está viviendo Hedy Lamarr actualmente, pero por su labor de inventora y científica! Aunque tiene títulos en su filmografía que yo reivindicaría con gusto a pesar de sus irregularidades como has hecho con Extasis. Por ejemplo, Argel, La vida es así, Noche en el alma, La extraña mujer… y varias que me quedan para completar su filmografía. Esta actriz está unida a mi infancia porque me gustaba mucho Sansón y Dalila.
    Beso
    Hildy

    1. Hola Hildy,
      Es normal, son las dos secuencias que más se quedan guardadas en la retina en un primer visionado, sobre todo por la fecha de la película. Yo también recordaba el epílogo final pero en su momento me desagradó por lo gratuito que era. Revisionada y tomándolo casi como un cortometraje aparte me ha gustado más.
      Lamarr no es una actriz que me apasione pero reconozco que tras haberse redescubierto en los últimos años sus pinitos como inventora la veo con otros ojos. Y aquí desde luego encaja muy bien en el papel y era jovencísima todavía.
      Un saludo.

    1. Hola,
      No estoy seguro de que haya copias con rótulos en inglés, pero puedes buscar subtítulos en ese idioma o castellano y añadírselos a la película.
      Un saludo.

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