Viernes Noche [Vendredi Soir] (2002) de Claire Denis

Siento debilidad por las películas que suceden por completo en un marco temporal muy concreto y limitado, y más cuando ese espacio temporal es suficiente para conocer a su personaje y los problemas que ha tenido o le esperan más allá de este momento en que sucede la película. Viernes Noche (2002), tal y como anuncia su título, sucede en su totalidad durante un viernes noche. Lo primero que vemos es a una mujer, Laure, empaquetando sus cosas en cajas para una mudanza. No se la ve muy ilusionada pero, como sabrán probablemente por experiencia, un traslado es cualquier cosa menos ilusionante. Seguidamente sale de casa y coge su coche para ir a cenar a casa de unos amigos, pero antes entra en una cabina de teléfono para dejar un mensaje en el contestador de su pareja. Y aquí es donde se nos da una primera pista sobre su situación, porque en cierto momento le dice (de nuevo sin mucha convicción) que tiene muchas ganas de ir mañana a vivir a casa de él… y entonces corrige y dice que en realidad quería decir «nuestra casa». De modo que nos encontramos con una mujer que va a dar el salto a la vida en pareja pero sin mucho entusiasmo, probablemente lamentando la pérdida de libertad que eso conlleva.

Cuando va en coche a casa de sus amigos a celebrar su última noche viviendo sola, se queda atrapada en mitad de un atasco de tráfico. Aburrida, hastiada y ya perdiendo la esperanza de llegar a tiempo a la cena, todo cambia cuando un atractivo desconocido, Jean, le pregunta si podría llevarla. Ella acepta y poco a poco empieza a cobrar forma la idea de vivir una aventura de una noche con ese hombre.

El rasgo más definitorio de Viernes Noche y que me ha tenido enganchado a esta sencilla historia desde el principio es el hecho de ser una película tan abiertamente sensorial. Sin excesivos diálogos y evitando la voz en off, Claire Denis nos transmite los pensamientos e impresiones de su protagonista a través de sensaciones que ella evoca de forma muy inteligente con imágenes. Primeros planos de manos, planos detalle de objetos como las colchas del hotel, letreros luminosos fundiéndose entre si… son imágenes que construyen muy bien la forma como tendemos a recordar nuestras vivencias, que no se basan tanto en lo verbal como en lo sensorial. Es en ese sentido una película muy «física», un rasgo que también he notado en los otros filmes que he visto de Denis.

Este tipo de puesta en escena queda especialmente patente en las escenas de sexo, alejadas de la forma tan tópica como tantos cineastas suelen filmarlas. Aquí dan una sensación de intimidad y compenetración que transmite esa química que se ha establecido entre ellos dos. De hecho me gusta mucho cómo el filme va dando a entender poco a poco el acercamiento entre Laure y Jean, sin apenas palabras ni los clásicos flirteos y movimientos de acercamiento, sino más bien transmitiendo esa sensación de atracción entre ambos que acaba desembocando en un instante en que Laure entiende definitivamente las intenciones de éste por un detalle que no invita lugar a dudas: en su visita al baño ha ido a comprar un paquete de preservativos. Una vez ambos se unen finalmente, Denis se centra en pequeños gestos y movimientos que van más allá de filmar su encuentro sexual desde una perspectiva erótica y buscan transmitir esa unión entre ambos, que en el caso de ella tiene algo de desesperado, como si fuera su última oportunidad de ser libre para hacer algo así (es especialmente conmovedora la forma como ella le abraza con tanta intensidad).

Como última prueba del enorme talento de Claire Denis está el hecho de haber conseguido algo insólito, y es hacer de un atasco de circulación un tema cinematográfico apasionante. La larga escena en que Laure está atrapada en un París absolutamente colapsado transmite la sensación de aburrimiento y desesperación que siente ella tras el volante, pero lo hace con unas combinaciones de planos y un gusto por los pequeños detalles que le dejan a uno embobado. ¡Ojalá supiera yo extraer tanto partido como la cineasta de los atascos de tráfico!

Siendo ésta una película en que lo verbal queda en un segundo plano a favor del uso de la imagen y los efectos de sonido, es de destacar también la forma como emplea recursos tan desaprovechados hoy día como sobreimpresiones o incluso el iris simplemente para dar a entender que cierta secuencia en realidad sucede en la imaginación de Laure. Es uno de esos filmes que nos hacen pensar en el poco partido que se saca a menudo de ciertos recursos cinematográficos que antaño se utilizaban con más frecuencia.

Viernes Noche será fiel a su premisa hasta su desenlace. Lo que veremos no es más que la historia del último viernes por la noche en que Laure ha vivido de forma independiente. No se profundiza más de lo necesario en los personajes ni en su relación, que no requiere ir más allá de lo que vemos (lo que no quita que ella no pueda sentir ramalazos de celos con ese amante de una noche, como queda patente en la escena del restaurante en que tiene una fantasía en que él la engaña con otra clienta). Ni siquiera la separación entre ambos es especialmente trascendente y no va más allá de ser el cierre de una pequeña aventura tras la cual su vida volverá al cauce habitual y previsible.

6 comentarios

  1. Querido doctor Mabuse, yo también tengo debilidad por ese tipo de películas que transcurren en un breve periodo de tiempo (horas o en tiempo real…), y si encima es ya en el mismo espacio, es el acabose para mí, jajajaja.

    Así que su texto sobre esta película de Claire Denis, que no conocía, me ha encantado. Y es que a esta cineasta la descubrí a partir de Una mujer en África y me queda mucho por ver de su filmografía. He visto sobre todo lo posterior a esta película.

    Y si algo no ha perdido es lo que usted tan bien comenta su capacidad de contar mucho más en imágenes que en palabras. Así como el reflejo peculiar de las relaciones humanas y también las emociones y pasiones…

    Beso y gracias por el descubrimiento

    Hildy

    1. Hola Hildy,

      Sí, este tipo de películas que se ponen esos límites temporales o espaciales están muy bien, y si la idea está bien llevada funciona a la perfección.

      De Claire Denis mi favorita es la típica, Beau Travail, que es anterior a ésta. Estoy seguro de que estas dos te gustarán mucho.

      Un saludo.

  2. Maravillosa. Quizás mi película preferida de Claire Denis. Muchas gracias por el texto y por apreciar la película con tanto gusto.

    1. Muchas gracias a ti por el comentario, celebro que te haya parecido que hace justicia a una película tan especial.

      Un saludo.

  3. Hola, Dr. Mabuse.

    Aprecio profundamente el cine de Claire Denis. Esta película, en particular, me dejó un sabor especial en su momento; creo que eso es lo que más recuerdo… jeje. Aunque ya la había olvidado, gracias a tu texto entendí que probablemente la vi demasiado pronto. Creo que ha llegado el momento de volver a verla.

    Gracias por tus análisis, siempre han enriquecido mi manera de ver el cine. Te recomiendo Noche y día, de Chantal Akerman. No sé por qué, pero me recuerda un poco a esta película. Igual tiene belleza propia.

    Un saludo.

    1. Hola Alicia,

      Las películas que he visto de Denis son muy de sensaciones, así que me encaja perfectamente recordar el «sabor» que le dejó a uno en su momento pero no detalles concretos, ni siquiera de la trama.

      Me alegra saber que haya disfrutado de mi crítica y hace bien en recomendarme ese filme de Chantal Akerman. Lo he oído mencionar varias veces y por algún motivo no me he puesto con él todavía, y eso que todo lo que he visto de ella me ha gustado. Tendré que ponerle remedio pues, ¡gracias!

      Un saludo.

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