Voces Distantes [Distant Voices, Still Lives] (1988) de Terence Davies

En principio lo que Terence Davies nos cuenta en Voces Distantes (1988) no es nada que no hayamos visto ya varias veces: el retrato de una familia obrera de Liverpool y sus vicisitudes a lo largo de los años (los maltratos que sufren por parte de su padre, el frustrado matrimonio de una de las hijas, etc.). Y no obstante el resultado es una obra llena de interés por la forma como plantea este tema. Davies evita conscientemente el típico enfoque cronológico y con moraleja: los hijos que crecen y ven como su padre se vuelve cada vez más duro con ellos, los hijos ya adultos que descubren lo difícil que sigue siendo su vida o cómo su matrimonio acaba también de forma desgraciada. En lugar de eso, Voces Distantes elige el planteamiento de tipo mosaico. El film se compone de escenas sueltas, casi independientes entre sí, que muestran momentos de la familia a lo largo de los años, en su primera parte centrándose en su infancia y en la segunda en su madurez. Davies funde con total libertad recuerdos pertenecientes a momentos cronológicos totalmente diferentes o que no parecen tener ningún vínculo entre ellos, de forma que el resultado acaba siendo muchísimo más interesante.

Este enfoque no solo evita la linealidad previsible y a menudo aburrida en temas tan tratados como éste, sino que incluso le da cierta verosimilitud a todo lo que sucede. Al tratarse de escenas sueltas y aisladas cuya conexión entre ellas es bastante leve, la moraleja final o el peligro de tener la sensación de que el director está juzgando los personajes desaparecen por completo, puesto que no son más que pequeños recuerdos. Y lo más interesante es que Davies no selecciona los más relevantes, sino aquellos que le interesan más aunque sean (o precisamente porque son) pequeños momentos. Eso implica que el film deja unos cuantos agujeros o cabos sueltos sobre ciertos hechos que no acabamos de conocer o que no nos quedan del todo claros, pero ésa parece ser su intención: transmitirnos esas sensaciones o las relaciones entre personajes con pinceladas y no mediante una narrativa más fuerte y coherente.

Un ejemplo que refleja a la perfección el tono del film. En la parte dedicada a su infancia, la madre está limpiando la ventana del piso superior de la casa. Una de las niñas la mira y piensa «No te caigas, mamá«. A continuación otra escena en que los dos hermanos la observan fascinados. Entonces se oye en off la pregunta que en algún momento le hizo uno de ellos «¿Por qué te casaste con papá?«. Ella responde que porque era muy educado y sabía bailar muy bien. Se escucha una canción romántica y mientras ésta permanece en la banda sonora se corta súbitamente de escena y vemos al padre maltratándola. No es una situación original, ni siquiera la idea que pretende transmitir, pero la forma de concatenar los diferentes planos jugando con el audio resulta una forma muy atractiva de presentar la situación: la imagen de la madre limpiando la ventana que les lleva a recordar esa pregunta, la música romántica que va acorde con su respuesta y posteriormente el maltrato sobre esa misma música que la unió a su marido.

Este tipo de collage audiovisual funciona especialmente en la primera mitad del film, puesto que tras la muerte del padre la película decae levemente seguramente por la ausencia de una figura tan poderosa como la que vertebra el primer segmento de la obra (excelentemente interpretado por Pete Postlethwaite, quien es conocido especialmente por su emotivo papel en En el Nombre del Padre).

El único nexo de unión claro entre escenas al que hace referencia el título del film son las canciones. Toda la película está plagada de tonadillas tradicionales que cantan los personajes en todas las situaciones en que se encuentran. Pero así como en el cine musical los personajes expresaban su estado de ánimo mediante las canciones, aquí no cumplen esa función, sino que más bien parece que cantan por inercia guiados por algún impulso. Quizás es la única forma que tienen de canalizar unos sentimientos que no pueden exteriorizar en ningún momento. O quizás no es más que una forma de animarse para olvidar momentáneamente su aburrida rutina. El caso es que estas canciones son el otro gran elemento que le da ese tono tan particular al film.

La belleza de algunas de sus imágenes y de ciertos momentos musicales en contraste con el crudo realismo de la historia y las buenas interpretaciones del relato, crean una amalgama curiosa, un film poético pero realista, emotivo pero sin sensiblería, crudo y bello. Una gran película a reivindicar.

Un comentario

  1. Es una película muy, pero muy interesante, cómo las frases mas convencionales entre los miembros de una familia, contienen una verdad oculta que es lo que no se puede o no se debe decir.
    El director de esta película es un creador muy inteligente!
    Felicitaciones a todos, y a sus magnificos actores.

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