Amor [Szerelem] (1971) de Károly Makk

En la historia del cine han sido frecuentes las películas que han tratado temas tan peliagudos como las purgas políticas y los calvarios por los que han tenido que pasar intelectuales o políticos de ideologías contrarias a los regímenes al poder. Pero algo que no siempre se ha tratado tanto como debería es la historia de las mujeres que han tenido que esperar. Madres y esposas cuyo hijo o marido ha desaparecido del mapa y desconocen qué ha sido de él. Que viven con la tensa incertidumbre de no saber si está vivo o muerto. ¿Hasta qué punto seguir en permanente espera de alguien que a lo mejor nunca volverá? ¿Cómo poder convivir en el día a día con una incertidumbre de tal magnitud sin desmoronarse? De eso trata esta sensibilísima película húngara tan especial con el título de Amor (Szerelem, 1971) de Károly Makk.

Luca es una mujer que se encuentra en dicha situación. Su marido János fue arrestado hace tiempo por motivos políticos y no sabe nada de su paradero, ni siquiera si sigue con vida. A diario acude a visitar a su suegra, una anciana muy delicada de salud que apenas puede levantarse de su cama. Ésta se piensa que su hijo está en Estados Unidos trabajando como director de cine por unas cartas falsas que escribe la propia Luca haciéndose pasar por él, para así ocultarle la realidad de su situación. Pero un día Luca descubre que János está con vida en una prisión, aunque la salud de la anciana va empeorando día a día.

Károly Makk adaptó aquí dos relatos breves del escritor Tibor Déry que intentó llevar adelante como película desde principios de los 60, pero siempre sin éxito a causa de lo delicado del tema. Fue a raíz de todos los cambios políticos que sucedieron a partir de 1968 que los jefes del estudio decidieron dar luz verde al proyecto. Significativamente, Makk relató décadas después que el papel decisivo lo tuvieron las mujeres de dichos jerifaltes, ya que éstos habían ido a prisión y ellas, al enterarse del argumento de la película, les insistieron en que la historia debía contarse, obligándoles a vencer sus reticencias iniciales.

Amor es una película que obviamente está empapada del problemático escenario político de la época, pero que se centra en los pequeños dramas de esas dos mujeres, especialmente en el doble peso que Luca debe acarrear sobre sus espaldas: alimentar las fantasías de su suegra viéndose obligada a fingir que las cosas siguen yendo bien (algo representado en esas flores que insiste tozudamente en llevarle cada vez que va a verla aunque no pueda permitirse ese gasto superfluo) mientras, al mismo tiempo, intenta averiguar qué ha sido de su marido y sufre las consecuencias de ser la mujer de un preso político.

Un detalle que puede parecer irreal pero a mí me parece muy bonito es el hecho de que las cartas que Luca escribe a su suegra haciéndose pasar por János están repletas de fantasías imposibles. Ninguna mente racional podría creerse lo que ahí pone, pero parece como si ella necesitara dar rienda suelta ahí a todas sus frustraciones creando un mundo fantasioso y, por otro lado, su suegra necesitara creer en esos relatos imposibles porque sigue siendo preferible a aceptar la dura realidad. Significativamente, la anciana es en realidad una mujer culta, rodeada de libros y que habla alemán con soltura, pero eso no le hace estar más cercana a la realidad que su sencilla sirvienta, que se maravilla de que la anciana se crea esa sarta de tonterías.

También me gusta mucho cómo Makk retrata ese pequeño mundo en que vive encerrada la anciana y que se alimenta a base de recuerdos, que el cineasta refleja con una serie de planos muy breves que van apareciendo a lo largo del relato como fugaces asociaciones de ideas. La mayoría de veces no tenemos claro qué encadena esos recuerdos, pero así es cómo funciona la mente, y más que dar forma a hechos concretos del pasado transmiten sensaciones, especialmente esos felices tiempos pasados que nunca volverán.

Cuesta destacar a una de las dos actrices principales. La veterana Lili Darvas, de prolongada carrera a caballo entre Europa y Estados Unidos, tiene el personaje más jugoso de la anciana, pero realmente creo que el peso de la película recae en Mari Törőcsik como Luca, con esa actitud de aparente hostilidad juguetona hacia su suegra bajo la que se trasluce un auténtico cariño.

Ella es también la que más destaca en el momento más emotivo de la película: el reencuentro con János. Qué forma tan sensible y delicada tiene el director de mostrarnos dicho instante crucial. Sin estridencias ni música emotiva que recalque el evento. Más bien vemos a un hombre algo nervioso por reencontrarse de nuevo con su mujer tras tanto tiempo y a ésta no sabiendo cómo lidiar con todas sus emociones. Y una vez eso sucede, Makk retrata esa escena tan emotiva de nuevo con una serie de planos que transmiten más bien las sensaciones de ambos personajes, pero siempre en ese marco cotidiano del pequeño piso sucio. Ese es el gran mérito de Amor. Toma un hecho real y no lo dramatiza ni convierte en algo «peliculero», jamás lo aleja de la cotidianedad, y aun así consigue igualmente que sea precioso y emotivo.

2 comentarios

  1. Hola Doctor,

    le agradezco mucho el descubrirme esta película, que me ha gustado mucho y que usted como siempre analiza brillantemente.

    Sobre la anciana, que es un personaje soberbio porque sabe mezclar lo que en principio parecen agua y aceite: decadencia intelectual y sobria dignidad. También me llama la atención el trato que el último carceleros, el taxista y la vecina dan al esposo liberado. Le tratan con comprensión y amabilidad, en vez de la prudente distancia que sería de esperar.

    Sobre que la anciana hable alemán. Evidentemente soy incapaz de percibir si tiene acento cuando habla en húngaro, pero posiblemente no es -solo- porque sea una mujer culta, sino porque a lo mejor realmente era de habla alemana en su infancia y juventud, en la época del imperio austro-húngaro (un saludo a Berlanga) en la que había comunidades germanoparlantes mezcladas con las magiares.

    Bueno, son solo anotaciones al margen por aportar algo. Hermosa película.

    Gracias de nuevo por todo

    1. Hola Manuel,

      Como de costumbre muy pertinentes sus dos comentarios. Sobre el primer punto, va en la línea de lo que dije de que es un filme muy sensible y que trata a los personajes con delicadeza. Algo muy necesario hoy día en que parece que el cine de autor tiene que ser cínico y duro por naturaleza.

      Y sobre lo segundo, tiene toda la razón del mundo, y más teniendo en cuenta la edad de la anciana. Efectivamente, hay otros rasgos que confirman que es una mujer culta, pero su conocimiento del alemán probablemente vaya más por la herencia austohúngara. Gracias por hacerlo notar, la gracia de ver películas de países y épocas tan diversas es sumergirse un poco en su cultura e historia, y a menudo se nos escapan detalles como éstos.

      Celebro que le haya gustado, es un filme muy especial.

      Un saludo.

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