Surcos (1951) de José Antonio Nieves Conde

Surcos se trata indudablemente de una de las obras más importantes de la historia del cine español al ser una de esas películas que abrió el camino a futuros cineastas. En una época en que el medio cinematográfico se encontraba asfixiado por las presiones de la censura y el fomento hacia cierto tipo de cine que no motivaba la creatividad, el director José Antonio Nieves Conde se desmarcó con un durísimo film de claras influencias neorrealistas que suponía un desafío por su contenido. Lo más curioso de todo es que Nieves Conde estaba muy lejos de ser un disidente contrario al regimen franquista, ya que era de ideología falangista y seguramente fueron sus buenos contactos los que le permitieron pasar un guión que en otras manos jamás habría conseguido la aprobación necesaria para su rodaje.

La película narra la clásica historia de enfrentamiento entre campo y ciudad: la familia Pérez son unos humildes campesinos que abandonan su pueblo para irse a vivir a Madrid con la esperanza de ganar dinero de una forma más fácil que trabajando en el campo. Como es de imaginar, la vida no resulta tan fácil como pensaban y los diferentes miembros de la familia pasan por diferentes pruebas: el anciano cabeza de familia se verá absolutamente incapaz de adaptarse a la ciudad y tendrá que soportar la humillación de ser el blanco de las burlas de su mujer, al igual que su hijo Manolo, cuya inocencia le hace perder su primer empleo al ser robado. Mejor suerte corren los otros dos hijos pero de forma menos honrada: Pepe se une a una banda de delincuentes comandada por un burgués conocido como el Chamberlán, el cual acaba a su vez convirtiéndose en el amante de su hermana Tonia.

La gran novedad en el film de Nieves Conde no residía en el tema, puesto que no solo no era de sobras conocido sino que además tenía cierto tono moralizador y casi conservador, ya que la moraleja parece ser que la gente de campo debe permanecer en su tierra. La ciudad es vista como un sitio corrupto e inmoral en que por ejemplo Pepe, el hijo mayor, sustituye al padre como jefe de la familia y se permite libertades como dormir en la misma cama que su novia sin haberse casado, algo que provoca la furia del padre por el poco respeto que se le tiene al cometer ese tipo de actos en sus narices. Del mismo modo, la novia de Pepe es caprichosa y le exige una vida de lujos que éste no puede permitirse, algo que contrasta con el carácter más dulce de su hermana Tonia, criada en el campo, que hace gala de un comportamiento más modesto e inocente hasta que los lujos de la ciudad la pervierten.

Lo novedoso por tanto no estaba en ese punto sino en la forma tan dura de mostrarlo, en el retrato descarnado y pesimista de la vida en la ciudad y, en definitiva, de la España de la época. Detalles como el bloque de pisos en que viven con los pasillos siempre llenos de niños mal vestidos y sin ningún atisbo de intimidad, la necesidad de llevar a cabo trabajos ilegales o poco decentes para subsistir (la venta ambulante de tabaco, el robo de camiones, convertirse en la amante del jefe de la banda de malhechores), el descarado machismo de todos los personajes y, en general, la humillación que sufre la familia Pérez al sufrir ese choque.

Todos estos elementos vienen heredados del neorrealismo, al que se hace referencia explícita en la película cuando dos personajes van al cine y uno comenta que ahora se llevan las películas neorrealistas, y a continuación explica qué son. El rodaje en barrios reales de Madrid y la ausencia de un poco creíble final feliz en favor de ser fiel a la realidad nace de esa misma voluntad. Como es natural, esta visión tan cruda no gustó a la censura, quien obligó a Nieves Conde a cambiar su final.

En el final original, la familia volvía al campo y, al último momento, Tonia se escapaba en la estación de trenes para seguir en la ciudad. Prefería convertirse en la amante del Chamberlán con las comodidades que eso implica a vivir honradamente en el campo. Ese fragmento tuvo que ser cortado, de forma que la familia vuelve al campo tras haber aprendido la lección y con las ideas morales más firmes: el padre de familia, que hasta ahora había acabado desempeñando tareas de ama de casa mientras era humillado por su mujer, retoma las riendas de la familia como patriarca (un elemento que nos deja entrever como en el fondo subyace cierta ideología más bien conservadora) y les insta a volver al campo, donde su castigo será soportar las burlas de sus vecinos y trabajar duro para recuperar el tiempo perdido.

Pese a la escasez de recursos y lo previsible que puede resultar el guión en ciertas situaciones, el film funciona y sobre todo lo consigue en gran parte por la efectiva dirección de Nieves Conde y su fiel retrato de la España de la época, que podría ser otro de los alicientes de la película. Aunque su carrera no le daría un nombre tan importante como el de los directores que tomarían su relevo, Nieves Conde dio un primer paso muy importante abriendo la cinematografía española a influencias extranjeras y permitiéndose un componente crítico contra la España de la época, algo que luego llevarían aún más lejos los cineastas que le seguirían: Berlanga, Bardem o Fernando Fernán Gómez.

4 comentarios

  1. El cine de Nieves Conde es una joya en la España de la época. No sólo esta película o «Los peces rojos» que también comentas en otra entrada. Es una lástima que otra estupenda denuncia como «El inquilino» no esté editada en dvd. Incluso una películas más del régimen como «Balarrasa» tiene una fuerza de la que adolece la mayor parte del pelotón.
    Esta claro que el cine español en esta época juega en una segunda división (siendo generosos) pero, en mi opinión, profesionales como Nieves Conde o Edgar Neville contribuyen a dignificar el medio hasta la eclosión de las dos Bs o Fernán Gómez

    1. En realidad el guión fue escrito por Macedonio Moragón Díaz el cual le cedió los derechos al señor Nieves Conde

  2. Considerada por algunos una de las mejores películas de la historia del cine neorrealista español, con guión transformado por Gonzalo Torrente Ballester a partir de un argumento original de Eugenio Montes (embajador de España en Portugal). Aunque ganó el segundo Premio Nacional del Sindicato del Espectáculo y el primer premio del Círculo de Escritores Cinematográficos, no alcanzó el éxito comercial que se merecía.

    “Surcos” muestra fielmente el modo de vida en los barrios madrileños de Lavapiés y Arganzuela y causó polémica por tratar por primera vez los temas tabú de la época como el éxodo rural, la miseria y el estraperlo (juego de ruleta introducido en España durante la Segunda República por los judíos holandeses Strauss, Perel y Lowann, produjo un gran escándalo político y se utiliza como sinónimo de mercado negro o comercio ilegal de bienes sometidos a impuestos por el Estado). Este negocio montado sobre el hambre de la mayoría, significó un enorme reparto de la riqueza entre las clases adictas al régimen contribuyendo a la pobreza y al desarraigo de la gente estableciendo diferentes categorías de cartillas de racionamiento.

    Fue atacada por la Iglesia católica que la consideraba ambigua y peligrosa y la Comisión Episcopal de Ortodoxia y Moralidad la calificó como “película gravemente peligrosa”. Su director Nieves Conde, a pesar de su condición de falangista camisa vieja y de haber tenido altos cargos en el régimen de Franco, tuvo problemas con la censura que evitó que se pusieran de manifiesto los graves desequilibrios entre el campo y la ciudad, reduciendo a un caso aislado el problema de la masiva emigración rural mostrada en la película. En el guión original, en la escena final cuando se vuelven al pueblo, la protagonista salta en marcha desde el tren para regresar a Madrid (esta escena no aparece ya que se prohibió por la censura).

    Por esa manipulación del final resulta tan indignante la hipócrita denuncia falangista del mercado negro, concediendo a la película una inmerecida fama de rebeldía y de película maldita. La polémica que acompañó al estreno de “Surcos” puso de manifiesto las tensiones internas del régimen que acaba de cambiar de Gobierno ese mismo año y el escándalo que produjo en ciertos medios, ocasionó la dimisión del entonces director general de Cine, José María García Escudero, quien había apoyado la película para que obtuviera la calificación “de interés nacional”.
    https://contraindicaciones.net/peliculas-de-escandalo/

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