Siento debilidad por las películas que suceden por completo en un marco temporal muy concreto y limitado, y más cuando ese espacio temporal es suficiente para conocer a su personaje y los problemas que ha tenido o le esperan más allá de este momento en que sucede la película. Viernes Noche (2002), tal y como anuncia su título, sucede en su totalidad durante un viernes noche. Lo primero que vemos es a una mujer, Laure, empaquetando sus cosas en cajas para una mudanza. No se la ve muy ilusionada pero, como sabrán probablemente por experiencia, un traslado es cualquier cosa menos ilusionante. Seguidamente sale de casa y coge su coche para ir a cenar a casa de unos amigos, pero antes entra en una cabina de teléfono para dejar un mensaje en el contestador de su pareja. Y aquí es donde se nos da una primera pista sobre su situación, porque en cierto momento le dice (de nuevo sin mucha convicción) que tiene muchas ganas de ir mañana a vivir a casa de él… y entonces corrige y dice que en realidad quería decir «nuestra casa». De modo que nos encontramos con una mujer que va a dar el salto a la vida en pareja pero sin mucho entusiasmo, probablemente lamentando la pérdida de libertad que eso conlleva.
Cuando va en coche a casa de sus amigos a celebrar su última noche viviendo sola, se queda atrapada en mitad de un atasco de tráfico. Aburrida, hastiada y ya perdiendo la esperanza de llegar a tiempo a la cena, todo cambia cuando un atractivo desconocido, Jean, le pregunta si podría llevarla. Ella acepta y poco a poco empieza a cobrar forma la idea de vivir una aventura de una noche con ese hombre.










